Cartas Menguantes
Ya no llegan tus postales a mi puerta
ni me envías fotos con dedicatorias
solo se que extraño y de que manera
leer tus mensajes con su particular aroma.
Los días tienen una melancolía diferente
las horas bailan la danza del desconsuelo
Y los recuerdos tienen otro color
por la vivencia de otros tiempos.
Tiempos de escribir bajo la luz de la luna
con una música que proponía un romance y un encanto
mientras la espera se vestía de alegría y esperanza
cautivando cada momento propiciado.
Nuestras urgencias cambian con los años
creando y desechando espacios anhelados
que se transforman a veces en fantasmas del pasado
que nos roban el sueño y laceran nuestros pasos.
Hoy estoy sentado frente a un monitor
nuestra comunicación ha mejorado en la continuidad
mientras nuestras palabras describen nuestras andanzas
en la voragine de este siglo herido y aciago.
Podemos despedirnos y reencortrarnos con fluidez
nuestros encuentros tienen su sello virtual
pero ha cambiado el amor y la forma de entendernos
los celulares e internet nos han esclavizado.
La memoria hace su apuesta favorita
e inclina los sentimientos a su medida
y nuestra permanencia ha perdido en algo su calor
lo siento en tus respuestas y me lo confirma tu prisa
Tal vez atraviezo por una crisis existencial
en la que los olores y los colores privan mi sentir
añorando el aroma de tus cartas
y los detalles del escrito con el color de tus labios.
Me gusta abrigar la creciente tecnología
pero a veces me hiere lo inmediato
y naufrago desprotegido en aguas turbulentas
que me arrebatan y diluyen nuestro sueño romantico.
¿Será que estoy aferrado al pasado?
pero muchas sensaciones se han ido perdiendo
como el detalle de tu letra y lo particular de tu sellado
poesía de espacios y comas que fortalecían mis sentimientos.