SI LAS TINIEBLAS INVOCARAN

^{Foto de Egor Yakushkin en Unsplash}

Bien están los buenos pensamientos, pero resultan tan livianos como burbuja de jabón, si no los sigue el esfuerzo para concretarlos en acción.

— Gaspar Melchor de Jovellanos

SI LAS TINIEBLAS INVOCARAN

Si las tinieblas invocaran
sería el primero en caer
en la llamada dulce y fría,
de las brumosas almenas,
atraídas por el norte en su faz,
repelente a los sueños
Y conjeturando tempestades.
No le temo al brioso llanto
de alas negras rompiendo el cielo,
pues la tormenta no aúlla tranquila
a menos que la ira la domine.

Salí de un castillo imaginario
de naturaleza incólume,
pues ni las ráfagas más violentas,
pueden acariciar su superficie.
A mi madre que yace en una torre,
la he dejado con flores y santos;
azotes de un mundo ruinoso,
inquisidores de la falsedad de la luz.

Un aroma de incienso extraño,
se desliza en sus hombros y sienes
mantiene vivo el sueño brumoso;
que sueñan las tormentas
en una noche tan oscura,
donde no hay brisas deleznables,
ni sombras vacías sin entelequia.
mantuvieron el amor transitorio,
difícil de espabilar.

Yo, que vengo de ese mundo,
nunca rogué a falsas efigies,
ni consumí los discursos de mascotas,
que traían desgracias a nuestro ingenio.
Ahora que sé que sangro
y que no le temo a lo incógnito,
Que venga la bruma y evoque su canto
Para dormir en su paraíso extraordinario.