Fuente

Mis ojos se abrieron y yo no sabía donde me encontraba, pero no era en ese prado agradable de siempre, Aquí estaba más oscuro, y mucho más frío.

No alcancé a ver a nadie sino hasta después de dos horas, había gente recostada sobre las paredes, como si estuvieran reflexionando por alguna tragedia sufrida... o quizás cometida.

No hallaba a ningún conocido, excepto algunos otros que me topé cuando trabajaba, eran seres despreciables, pero la política antes que nada. Pero en fin, aquí presiento que no se necesitan etiquetas, ni títulos pomposos, porque hasta respirando el aire putrefacto, se siente que nadie es más valioso que alguien más.

Supongo que no hubo gente buena que visito esta pocilga, razones tendrían para no hacerlo, me parece curioso que solo aquellos que estoy seguro que hicieron daño, son los que están aquí. Si se preguntan por qué lo sé, es sencillo de responder: Porque yo estoy aquí, y parece que me esperaban.

Se que dejé muchos pendientes, pero no es que pueda resolverlo ahora. No hay prisa, después de todo , me espera un largo tiempo encerrado aquí. Intentaré hacer amigos, si es que ellos así lo quieren.

Es extraño, desde este lado todo lo malo que hiciste no se siente. El remordimiento se difumina entre la oscuridad, pero un peso enorme en tu espalda lo complementa, como si el vacío tuviera que llenarse con una adecuada pena.

Es poético, pero todos los sujetos que estamos aquí pudimos haber comprado medio mundo si así lo deseáramos, pero no, aquí no vale nada de eso. Ni dinero, ni oro, ni diamantes, todo eso se quedo atrás, aquí pagan mejor por la bondad, y claramente ninguno de estos estirados la tienen, mucho menos ya.

Bonito detalle de dejarnos fumar aquí eh, la única condición es que por cada cigarrillo, se alarga más nuestra estadía, pero que rayos, tampoco es que estoy planeando algo más para mañana, será una larga eternidad.

No me merecía menos, no después de haber hecho tanto daño, y lo que es peor, estando consciente de que lo hacía. Supongo que nadie queda impune, y tarde o temprano toca saldar todas las deudas adquiridas.

El reloj se sigue moviendo hacia atrás, casi puedo ver el mundo como lo veía hace 20 años. Que forma de ver los errores que he cometido.

En fin, reo que otro cigarrillo no hará daño...